Dark: La serie de Netflix que tendrás que ver hasta el final

En el último tiempo, nos hemos acostumbrado a consumir nuestro contenido audiovisual en formato de series. Cada vez son más las producciones que ven la luz y los espectadores nos hemos vuelto más y más exigentes.  Es frecuente el concepto de “maratón” para describir la acción de ver una serie capítulo tras capítulo, temporada tras temporada sin parar. Las series se han vuelto películas de larga duración que con historias interesantes nos han capturado.

Cuando Netflix anunció el estreno de Dark, mucho se especuló del parecido que tenía el argumento con Stranger Things: niños que desaparecen en extrañas circunstancias en un pueblo donde nunca pasa nada; y varios se preguntaron si es que la compañía de streaming solo estaba repitiendo una formula conocida y exitosa. Stranger Things es conocida por su capacidad de atrapar al espectador con una historia atrayente y personajes carismáticos. Los fans pasan las 8 ó 9 horas que dura la temporada conectados a la plataforma para saber antes que nadie el desenlace de las aventuras de Eleven y sus amigos.

Dark por su parte, logra hacer que queramos pasar horas frente a la pantalla pero por razones diferentes a las que propone la serie de los hermanos Duffer. En Dark, como bien lo dice su nombre, la historia es más oscura e intrincada. Una gran cantidad de personajes, misterios que no parecen desentrañarse y una narración que encanta filosófica y artísticamente la convierten en una serie que literalmente, no podrás dejar de ver.

El misterio de los niños desaparecidos no tiene que ver con quién los secuestra o por qué, si no que la gran pregunta es cuándo. Con 3 líneas temporales (1953, 1986 y 2019), nos involucramos en una historia en la que cada personaje puede existir en el relato como un niño, un adulto o un anciano. Los viajes en el tiempo son un eje fundamental del argumento y la ciencia ficción se mezcla con escenas llenas de una vibra a cine de terror, que vuelven cada capítulo interesantemente desconcertante.

A medida que el misterio que rodea el pueblo de Widen se desenreda y enreda, son cuatro las familias que descubren lo conectadas que están las unas con las otras. Su convivencia se ve afectada ante la desaparición de los niños y el sentimiento de estar amenazados logra traspasar la pantalla de manera inquietante. Como espectadores, no sabemos mucho más que los personajes. La información que necesitamos se nos entrega dosificada y de manera tan elegante, que no nos damos cuenta del caleidoscopio que se construye a nuestro alrededor.

La realización europea es evidente. Dark es la primera serie alemana original de Netflix y en ella, la música y fotografía juegan un papel preponderante. La musicalización trabaja sobre nuestro conocimiento del cine de terror, jugando siempre con nuestra disposición a estar atentos a cualquier cambio de ritmo que anuncie un evento inesperado o un nuevo descubrimiento. Cada escena está grabada con una luz tenue y elegante, por lo que cualquier color o elemento que destaque, nos ayudará a identificar un personaje o un lugar que los realizadores quieren que encontremos, siempre con el fin de ayudarnos a recordar más adelante a quién vimos haciendo qué.

La serie está tan bien interpretada por el elenco, (el casting que se hizo entre los actores para dar con los personajes merece mención aparte), el argumento tan bien propuesto y la ambientación es tan sublime que si dispones de unas buenas 10 horas para maratonear, no deberías estar preguntándote por qué ver Dark, sino cuándo.

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