No es que sea una decisión promovida por la “dictadura de lo políticamente correcto” como algunos conspiranóicos podrían afirmar. En realidad esto no es más que un rumor publicado por el portal Full Circle Cinema, pero ha sido suficiente para iniciar un fuerte debate acerca del respeto a los personajes originales así como la inclusión y la diversidad en el cine de superhéroes.
A principio de este año el líder tras el Universo Cinematográfico de Marvel, Kevin Feige, hablaba como la inclusión es un tema importante tanto frente las cámaras como detrás de ella y que el público debería esperar más que solo Black Panther. Esto pudo haberse referido a la producción de la película Shang-Chi con un cast prominentemente asiático, pero ahora con la compra de 20th Century Fox y la adquisición de los mutantes esto podría llevarse más allá.
Según Full Circle Cinema, Disney-Marvel desea incluir a los mutantes y a los míticos X-Men en su universo pero para ello debe reiniciar todo lo que Fox ha trabajado los últimos 20 años; nada de Patrick Stewart, Ian McKellen, James McAvoy ni Michael Fassbender en los roles protagónicos de Charles X. Xavier “El Profesor X” y de Erick Lehnsherr “Magneto”.
Este último tenía como historia de origen (tan importante como el tío Ben para Spider-Man) su paso por el campo de concentración nazi de Auschwitz y la doble opresión que sufrió tanto como un judío polaco en una Europa Antisemita y como mutante en el mundo sapiens. Quitarle eso sería, naturalmente, quitarle el elemento que define al personaje y a su ideología, pero además genera muchos problemas narrativos para el UCM con su historia ya bien definida y estructurada.
Con el estreno de X-Men: Dark Phoenix se hicieron diferentes memes acerca de cómo el personaje de Erick había envejecido tanto en sólo diez años por lucir como Fasbbender en esta entrega y como McKellen en X-Men, la siguiente en orden canónico. En el UCM el problema sería aún mayor pues para tener a un sobreviviente de los campos de concentración nazis cuando los eventos de la película se den (2023, aproximadamente), Magneto ya sería un anciano de unos 90 años y no el hombre mayor pero lleno de ira que todos conocemos y apreciamos.
Ante este problema convertirlo en un personaje de otro grupo racial oprimido podría ser la mejor opción. Y hacerlo negro sería lo más acertado tanto por coherencia narrativa, temporal y sobre todo temática.
Muchos ya lo han olvidado, pero los súper héroes fueron escritos todos con una fuerte carga política, más al lado de la corrección política que a muchos les gustaría admitir. Si bien personajes como el Capitán América presentaba unos valores más maniqueos en su lucha contra los nazis (buenos contra malos), los mutantes estaban llenos de comentarios políticos mucho más sutiles e interesantes al estar directamente inspirados en la opresión racial contra el pueblo afroamericano a mediados del siglo pasado.
El Profesor X estaba inspirado en la figura de Martin Luther King Jr., que abogaba por una sociedad unificado y un alzamiento pacifico del pueblo negro para así conseguir sus derechos sociales, Magneto estaba inspirado en Malcom X, que consideraba a la raza negra una raza superior y que, además, creía que la desaparición de la raza blanca era inminente.
Con todo esto sobre la mesa, parece absolutamente lógico que el nuevo Magneto no sea ya un judío polaco que vio lo peor de la humanidad en los nazis, sino un sobreviviente de los barrios negros de Estados Unidos en una época donde les daban palizas por sentarse en un autobús junto a una persona blanca. El impacto narrativo que se puede extraer de ahí es lo suficiente para tener un villano carismático y poderoso, con un discurso muy fuerte que arrastre a sus compatriotas mutantes a rebelarse contra los sapiens que históricamente los han oprimido.
Naturalmente todo esto no es más que un rumor, pero plantea una serie de preguntas muy interesantes que vale la pena discutir. Pero quién sabe, con las negociaciones de Marvel con Giancarlo Esposito (Gus Fring en Breaking Bad) puede que las cosas estén más cerca de lo que parecen…
Por Daniel Fonseca
