Húndete en el perturbador mundo de “Midori: La niña de las camelias”

Midori: la niña de las camelias, película que me susurró que: No te preocupes si todo va mal, siempre puede ir peor.

Esta vez hablaremos de la polémica adaptación del manga de Suehiro Maruo (1984). Este controversial film del año 1992 fue dirigido por Hiroshi Harada.

Las autoridades japonesas sorprendidas y hasta ofendidos por los crudos argumentos de la película, los llevó a incautar las cintas y censurarlas. Posteriormente, Harada pudo reestrenar su película tiempo después, aunque con cierta reducción de la duración original de dicha adaptación.

Nos encontramos frente una bizarra y grotesca animación que nos cuenta la vida de Midori, una niña de 12 años que debido al abandono de su figura paterna y la muerte de su madre, (la cual es comida por las ratas…), se ve obligada a vender camelias para subsistir, encontrándose con quien sería el puente que la llevará a vivir una horrible y perturbadora vida. Es aquí ciando la protagonista comienza a quedarse en un circo ambulante junto a las estrellas del show, personas totalmente perversas y enfermas, que proyectan lo horroroso de su alma en su imagen física.

Midori vivirá situaciones muy fuertes, violaciones, vejaciones y será casi esclavizada, pero en un momentos, la cinta nos da un pequeño respiro luego de tanta repugnancia. A lo largo de la historia con la aparición de la única persona que tratará bien a Midori, el ilusionista de la botella (muchísimo mayor que ella), se enamora de la niña… por parte de ella, puede parecer incluso entendible, ya que no contó con su padre, sumada las horribles condiciones en las que vivía, vio en él una pequeña ventana de luz a su vida. La relación prospero llegando a casarse y participando en los shows que ofrecía este mago enano.

El final de la película es sumamente ambiguo, emplea la ironía al ver a todo el mundo riendo de forma frenética sin
entender cuál fue el desenlace de la vida de esta pequeña niña, que solo vino al mundo a sufrir.

Midori tiene una duración de tan solo 56 minutos, lo que la vuelve perfecta para disfrutar en una tarde otoñal. Les dejo el dato que si a los 15 no te gustó nada de lo que viste, es mejor que no sigas… porque todo empeora.

Si bien la animación no es lo esperado para películas de anime de la misma década, este es un factor que le da mucha más fuerza a la trama oscura que estamos presenciando. A lo largo de la cinta podremos observar ciertas imágenes estáticas, donde los personajes ni siquiera mueven la boca al momento de hablar, confirmando el muy bajo presupuesto con el que contaban en esos momentos para realizar la adaptación.

Esta es una historia crudísima, acompañada también por música exquisitamente acorde a todo el ambiente tenso al que somos invitados a pasar al ver esta producción. Nos encontraremos frente a un gore bastante retorcido, con escenas muy corrosivas, logrando el cometido de alterar hasta la última neurona de tu cabeza.

Comparte esta nota en tus redes

Más Mundo Películas