Deslumbrante protagónico de Érica Rivas en ‘El Prófugo’

Dirigida por Natalia Meta y protagonizada por Érica Rivas, ya se encuentra en salas el thriller que se centra en las extrañas experiencias de una mujer tras vivir un episodio traumático.

Por Carla Duimovich Nigro 

El pasado 30 de septiembre llegó a los cines argentinos “El prófugo”, el segundo largometraje de Natalia Meta. La película mixtura entre thriller psicológico y terror, es una adaptación de la novela “El mal menor”, de C. E. Feiling, y tuvo su estreno en la competencia oficial del Festival de Cine de Berlín (Berlinale) en su edición 2021. Fue producida por REI CINE en asociación con Picnic, Barraca Producciones MX Infinity Hill PIANO y La Bestia Equilátera.

El prófugo es una película que aborda el género con profundo refinamiento y detalle. Desde su inicio, transitamos una punzada ascendente de tensión que no da tregua hasta que se encienden las luces de la sala. El trabajo de sonido de Guido Berenblum consiguió el protagonismo que propone la narrativa del film, recuperando lo mejor del cine de suspense. 

Trabajada a partir de planos cerrados que se abren en los puntos de giro del guión, El prófugo nos brinda otra clase maestra de Érica Rivas quien ya viene dándonos enormes satisfacciones en la pantalla grande a través de los protagónicos en “Los sonámbulos” (de Paula Hernández, 2019), “Relatos salvajes” (de Damián Szifrón, 2014) o “Pistas para volver a casa”  (de Jazmín Stuart, 2015), por nombrar algunos.

Érica Rivas nacida en Ramos Mejía (Buenos Aires) interpreta a Inés, una actriz de doblaje y cantante lírica que comienza a habitar el cruce entre el sueño y la vigilia, rodeándose de pesadillas que le impiden discernir entre lo real y la fantasía. La propuesta de la trama va a profundizarse atravesando el encuentro con otro guión que Inés (en su trabajo como actriz de doblaje) debe interpretar. Se trata de una película oriental en donde se ejerce la violencia físico-psicológica sobre una mujer. Encarnar este “otro” papel le otorga a Inés una exploración del trauma a través del gore, los gemidos y gritos en un estudio de grabación con una puesta visual muy atractiva.

Esta es una película que juega con nuestra percepción y nuestras capacidades interpretativas. Cuando creemos entender lo que está pasando, la película pronto nos confirma que no va por ahí. Nos recuerda a grandes películas de la historia del cine con brillantes protagónicos femeninos como “Sybil” (1976) con Sally Margaret Field, “We need to talk about Kevin” (2010) con Tilda Swinton; o películas más recientes como “Run” (2020) con Sarah Paulson, “The Woman in the Window” (2020) con Amy Adams o “The Invisible Man” (2020) con Elisabeth Moss. Lo cierto es que hay actrices que llevan los guiones a su máxima (Hiam Abbass, Juliette Binoche, Penélope Cruz, Marion Cotillard, por nombrar algunas), y este es el caso con  Érica Rivas en El prófugo: deja latente su rostro hipnótico que viaja hacia un extremo y otro de las emociones de Inés al ritmo de los Auténticos decadentes.

La película aborda la realidad onírica de la protagonista que, atormentada por fantasmas y frases que oye en repeat, busca desesperadamente encontrar la estabilidad para continuar con su vida. Y, lo que al comienzo identificamos como una especie de padecimiento traumático (quizás) de la infancia, más adelante comenzamos a vincularlo con algún grado de esquizofrenia o trastorno de identidad disociativo.

La película se completa con un gran elenco a cargo de Cecilia Roth, Mirta Busnelli, Daniel Hendler, Nahuel Pérez Biscayart, Guillermo Arengo y Agustín Rittano. La aparición de todos los personajes va ocurriendo sin previo aviso: a veces se deslizan en la escena y otras, salen de pronto, sorprendiendo en ambas situaciones y aportando los momentos más álgidos en la atmósfera del film. En definitiva, El prófugo es la película argentina que estábamos esperando. Sin dudas, la directora Natalia Meta tiene mucho para ofrecernos y aquí estaremos atentos a sus próximos proyectos.

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