Wish: El poder de los deseos: Novedad con gusto a clásico

La última película de Disney propone sacar a relucir los lugares comunes que marcaron a una generación.

Por Javiera Cerda

Este 2023 Disney cumple 100 años y quiso celebrar su cumpleaños haciendo una crítica y auto homenaje, con un mensaje dirigido a uno de sus públicos más fieles: los Millennials. Y tal vez por eso su crítica está tan dividida.

En esta aventura de poco más de una hora y media, se mezclan de manera muy efectiva la animación actual y el guión y las dinámicas de los clásicos musicales. La película hace guiños a sí misma, critica la propia industria y aborda un tema tan grande como el poder interior para alcanzar nuestros sueños.

Volvemos a los musicales, animales parlantes, objetos inanimados que bailan al son de tremendas coreografías, villanos carismáticos y princesas, pero sin interés romántico. Wish es una película que habla de deseos, propósitos y esa fuerza invisible que nos mantiene sin atrevernos a salir del lugar seguro. El miedo a la realización de nuestros anhelos, poniéndonos a posición de un tercero con más “autoridad” que decida por nosotros.

De verdad es una película dirigida para el antiguo público, que apreciaba las canciones, los colores y los giros de trama. Al inicio sientes que vas a encontrarte con una trama similar a Encanto, pero Wish toma un rumbo distinto, con ritmos y personajes diferentes. Disney hace mención a sus grandes éxitos con varios guiños y homenajes, que quienes fuimos niños en los 90 agradecemos. La película además tiene un buen posicionamiento de su heroína, sin caer en las clásicas condescendencias que se ven forzadas y no logran hacer que el público empatice con las propuestas.

Si bien se siente como una película sencilla y simple en comparación a los enormes despliegues visuales a los que Disney nos tiene acostumbrados, la verdad es que en este caso “menos” es indudablemente “más”, entregando un producto que se ve simple, pero deslumbra en sus detalles.

Wish al final resulta una película dedicada no tanto a los fans de Disney, sino a quienes hicimos de sus películas parte de nuestra infancia. No busca conectar con uno como adulto, sino con el niño de esa época y desde ese lugar nos emociona, con una película infantil llena de códigos para los más grandes.

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