Por Jorge Yacoman
El libro de poemas “La muerte de la televisión no será televisada” (Ediciones Filacteria, 2018) de Emersson Pérez (Santiago, 1982) habla del poder de los medios para controlar las masas y lo hace con una voz histriónica que se mezcla con la realidad, el mensaje entre líneas y el eco de la mente del entumecido espectador.
Emersson Pérez ocupa una poesía con un carácter más narrativo que alude al bombardeo de información por diversos canales visuales y auditivos que mediante códigos preestablecidos configuran un nuevo mensaje que pareciera ser una voz propia del aparato televisivo.
“La muerte de la televisión no será televisada“: El título del libro anuncia un final pero al mismo tiempo el inicio de algo que quizás aún no podemos vislumbrar. En la actualidad la televisión ha pasado a un segundo plano con el internet y los computadores, pero sigue ocupando un espacio importante en el hogar con tendencias claras en cada clase social. Estas tendencias funcionan como radiografía de nuestra sociedad: el machismo, la cosificación de la mujer, el morbo, el doble discurso. Pero todo oculto, adornado, musicalizado, formando así no un discurso crítico sino que una anestesia a través de la saturación de estímulos.
La macrocarretera II
Atraviesa la macrocarretera
para perderse en una playa estacionamiento
mientras piensa en la programación del cine
a la vuelta de la esquina una joven hace dedo
le invita una bebida energética
todo parece sumamente real
aunque sabe que es un holograma
tiene que seguir comprando
y la promotora desaparece
sin embargo, según sus gustos,
informados en redes sociales
se muestran comerciales continuos;
tres dodos han unido sus fuerzas
para danzar en el fuego frenéticamente
como muñecas rusas
incluso el olor es transmitido.
Una salchicha se recuesta sensualmente en su pan.
Aún no ha llegado y se pregunta
cómo no se mata con tanto comercial en la ruta.
No recuerda, es un no-vivo y
los comerciales vienen incluidos
las cuotas eran millonarias para desactivarlos.
El mejor comercial de su vida corpórea
fue el de empresas neo vida (s.a).
(P. 16)
“La muerte de la televisión no será televisada” se refiere al aparato en sí también, al televisor, con su historia como testigo inerte de la humanidad y reflejo de esta. De esta forma, Emersson Pérez le entrega al televisor un valor nostálgico, como si el aparato tuviera sentimientos o vida, atributo que el televidente le ha entregado de sí mismo, y que, cuando la pantalla queda en negro, éste queda reducido a una sombra. Es quizás ese el inicio que augura este poemario, manifestando el tan postergado enfrentamiento al vacío que late entre cada cambio de canal.
Imagen de portada por Camilo Jerëz (Santiago, 1988) quien también ilustró el poemario “La muerte de la televisión no será televisada” de Emersson Pérez.