Juntemos a los dioses, una cultura y la necesidad de enfrentarse a todo para salvar a la humanidad. ¿Quién podrá cumplir esta antigua profecía? Sin duda, que desde los primeros minutos de la miniserie de Netflix, Maya y los Tres, nos deleita con una niña (Maya) que quiere luchar por si misma, reivindicando la igualdad de género. Una joven cansada de ser la princesa que mira por la ventana, mientras sus hermanos están afuera tratando de librar batallas en emocionantes aventuras.
Un encuentro muy ameno con nuestras pantallas y dispositivos. Es una serie muy rica en elementos que también nos van adentrando a la mitología maya, inca y azteca. Por tanto, sin querer serlo, tiene tintes educativos, lo que la vuelve ideal para reunir a la familia y pasar un momento agradable, mirando los nueve capítulos alucinantes que presenta Maya y los tres.
En un universo fantástico, donde la magia es lo que hace girar al mundo y cuatro reinos gobiernan las tierras, una princesa guerrera valiente y rebelde llamada Maya está a punto de celebrar su quinceañera y su coronación. Pero todo cambia cuando los dioses del inframundo llegan para anunciar que la vida de Maya debe ser entregada al dios de la guerra en pago por un secreto que yace en el pasado de su familia. Si Maya se niega a hacerlo, el mundo entero sufrirá la venganza de los dioses. Para salvar a su amada familia, a sus amigos y su propia vida, Maya se embarca en una emocionante aventura para cumplir una antigua profecía que predice la llegada de tres grandes guerreros, quienes la ayudarán a derrotar a los dioses y a salvar a la humanidad.
Una premisa bastante importante para quienes disfrutan de grandes historias. Una invitación a los niños y niñas del mundo a crecer sin limitaciones, y una gran lección para quienes hemos crecido en otras generaciones y que con el tiempo, afortunadamente, hemos tenido que ir deconstruyendo y rompiendo los parámetros que antes nos marcaban. Maya y los tres, nos enseña que nadie debe ser salvado, que podemos ser nuestros propios héroes.
