¿Estamos ante la versión 2.0 de X Men: The Last Standing?

La respuesta es sí. Okay, bye…

No, pero hablando en serio, la última entrega (por lo menos bajo el estudio FOX) en el universo de nuestros mutantes favoritos, ha dado mucho de qué hablar… y no de la mejor manera.

Y es que desde ya hace varios años, la saga se ha visto en un perpetuo sube y baja. Todo esto comenzó con el final de la trilogía original: The Last Standing. La primera en no contar con el ahora infame Bryan Singer al mando, la película terminó siendo el final de una amada franquicia cinematográfica (y de acuerdo con muchos, la que inició todo el boom de las películas de superhéroes). Origins fue el último insulto. Eventualmente el vaho se evaporó un poco con el reboot/precuela que supuso First Class. El regreso de Singer y la vieja escuela en Days of Future Past trajo de nuevo para muchos fans la esperanza que tanto anhelaban. The Wolverine no fue una obra magistral, pero sin duda estuvo lejos de ser la basura de Origins.

Entonces, el fin llegó… en la forma de un apocalípsis.

El hype estaba por las nubes, y los ingredientes estaban ahí. Sin embargo, algo que cada uno sabrá, terminó con un filme que nuevamente dividió a los fans y amantes de la franquicia. Logan hizo un control de daños, pero la realidad es que eran dos diferentes mundos que coexistían en un mismo universo.

Con todo este va y viene, Simon Kinberg no hizo más que echar leña al fuego con los intermitentes cambios en la fecha de estreno – algo que es comunmente asociado con la falta de fe que un estudio o un equipo en particular tiene sobre un proyecto. Y aunque existen sus excepciones, la mayoria han probado ser acertadas en la poca calidad del film.

Yéndonos por lo más directo, es decir, la película en si, la historia de Dark Phoenix ha resultado bien difícil de llevar a la pantalla grande. Según muchos fans de los cómics, es una historia que requiere de una enorme preparación antes de dicho desenlace. Todo parece indicar que la historia de Dark Phoenix vendría siendo como la Infinity War de la X-Men, por lo menos en lo que a la relevancia, la ambición y el peso narrativo que tiene sobre este universo. Si algo de eso es remotamente cierto, entonces la preocupación es más que válida, ya que como hemos visto esta franquicia no ha madurado de la misma manera que la MCU.

Mientras que en la Last Standing, la premisa era una batalla interna entre los mismos mutantes, en ésta se siente una unión. Por lo menos, en vez de Magneto manipular a Jean Grey para su propio beneficio, vemos en el trailer como el aspirante a villano aparece estar del lado de Charles Xavier y compañía. También la película parece apuntar más a al Dark Phoenix, a diferencia de Standing donde este plot fue relevado a un segundo plano. ¿Tal vez éste sea uno de los cambios que mejorarán la calidad del film?

También para lo que hemos estado pendiente, estamos al tanto que Jennifer Lawrence ya estaba hastiada de ser Mystic y todo parece indicar que la van a matar en esta entrega. ¿Os gustaría verla finalmente partir?

En fin, aunque hay varios cambios en el hilo narrativo de esta nueva película, los problemas que inundan la producción y el sentimiento de los fans resulta tan familiar, se siente como si fuera una especie de deja vú. ¿Qué opinan? ¿Le tienen algo de fe o creen que, como hace ya más de una década, los X-Men se despedidan a lo más bajo?

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