El sol también es una estrella: emotivo romance intercultural.

La directora de la serie ‘Everything Sucks’ (Netflix), Ry Russo-Young, nos trae una pintoresca y romántica historia de amor interracial.

‘Hace 13.800 millones de años el Big Bang creó las estrellas, los planetas y las galaxias. En comparación con la edad del universo, nuestras vidas duran un día’.

De esta premisa surge la idea central en la nueva película de la directora neoyorquina Ry Russo-Young, ambientando en su ciudad natal los acontecimientos de la historia, en lo que claramente se podría tomar como un homenaje a la deslumbrante Nueva York.

Basada en la novela juvenil homónima escrita por la jamaiquina Nicola Yoon, retrata las opuestas vidas entrelazadas de Natasha y Daniel, interpretados por Yara Shahidi y Charles Melton. Ella, perteneciente a una familia de jamaiquinos que llevan años en la ciudad, pero serán deportados de regreso en un día por problemas migratorios. Mientras que, por su lado, él es un descendiente surcoreano que se encuentra a punto de iniciar una carrera de médico sin estar convencido, más bien influenciado por sus padres.

El poeta y apasionado Daniel conoce a la estructurada y pragmática Natasha, muchacha totalmente descreída en temas de amor, justo un día antes de ser deportada. El joven, convencido de que el destino lo puso frente a ella, intenta convencerla de que en un día, o incluso en una hora, puede lograr que se enamore de él. Así comienzan un recorrido por los centros neurálgicos de Manhattan o Brooklyn, mientras van encantándose el uno por otro, y compartiendo interesantes diálogos en torno a temas filosóficos y espirituales.

Atraviesan diversas problemáticas mientras cruzan sus caminos, algunas como discriminación racial, xenofobia, o el conflicto de la deportación, que amenaza con impedir el amor entre los dos. Todo esto en torno a una narrativa atractiva, con una fotografía colorida y mostrando esa cara juvenil de los suburbios neoyorquinos. Una banda sonora muy acorde acompaña toda la acción, con ritmos tan yankees como el rap o el country.

Sin el innegable carisma de los protagonistas, la historia de amor quizás no atraparía de la misma forma. La química y conexión expresada se asoman como mayores atributos de un relato juvenil e idealizado, que no pretende más de lo que es, convincente y delicado en su propuesta. Una historia ideal para ver en pareja, que si bien encanta por su simpleza, resulta finalmente bastante sofisticada y conmovedora.

Disponible desde el 17 de mayo en gran parte de los cines del país.
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