Han pasado 10 años desde el estreno de la serie un 10 de enero de 2008. Desde ahí la serie Breaking Bad logró convertirse en un hito en la historia de la televisión.
Esta serie narra la evolución de Walter White (Bryan Cranston), un profesor de química quien es diagnosticado con cáncer. Luego de enterarse de eso, y para asegurar el futuro económico de su familia, decide entrar al negocio del narcotráfico. Usando sus altos conocimientos en la materia, y con la ayuda de Jesse Pinkma (Aaron Paul), a lo largo de cinco temporadas seremos testigos de la vida en el mundo de la drogas de Walter y su alter ego, Heinsenberg. Su ascenso, su caída y los muchos cadáveres que nuestro kingpin de la metanfetamina deja a su paso.
Cranston, quien ganó cuatro premios Emmy’s por su interpretación, tiene clara cuál de todas las muertes ocurridas a lo largo del show fue la más emotiva. El fallecimiento de Janes Margolis (Kristen Ritter), la novia de Jesse, afectó al actor de manera profunda y personal. Pues no solo representa un punto de inflexión para lo que Walter estaba dispuesto a hacer con tal de que las cosas salieran como deseaba, sino que además Cranston vio en Ritter el rostro de su hija, lo que provocó que se conmoviera hasta las lágrimas, cosa que no estaba en el guion.
“Por un momento, vi la imagen de mi propia hija aparecer en la cara de ella, tomar el lugar de Kyrsten Ritter, y luego desaparecer rápidamente. Pero fue sólo un instante, aquel milisegundo era todo lo que necesitaba para alcanzarme. Pues de nuevo, pensé que una de las razones para salvar a esa persona era por ella ser una joven mujer, ella podría ser mi hija”.
