Nathalia Aragonese y el éxito internacional de Cabros de Mierda

Nathalia Aragonese es actriz de cine, teatro y televisión, que obtuvo el papel protagónico en Cabros de Mierda (2017), una película de Gonzalo Justiniano que retrata la historia de una mujer, La Francesita, que vive en una población marginada de Santiago durante los años de dictadura militar en Chile, y que lucha por recuperar la democracia.

La película se presenta como un tributo a todas aquellas familias humildes que se resistieron y agitaron el ambiente social para hacer caer el régimen dictatorial.

¿Cómo fue que llegaste a ser la protagonista de Cabros de Mierda?

Nathalia Aragonese: Hasta el día de hoy, busco a esa persona que le dio mi nombre a Gonzalo Justiniano, o que le tiró la idea, porque fue un casting desconocido. Me llamaron para participar de éste, pero ya llevaban un buen rato haciéndolo. Habían pasado varias actrices muy conocidas, no conocidas, de todo y, me acuerdo que cuando llegué al lugar del casting, yo venía de grabar algo que estaba haciendo en la tele. Traía un peinado muy típico de teleserie -jajaja. Gonzalo me miró por la ventana y le dice al productor “¡No quiero más actrices de televisión! Estoy aburrido de las actrices de televisión!”, entonces lo primero que hice al entrar, fue pasar al baño a despeinarme y sacarme todos los accesorios exhuberantes. Era la última en llegar, al final del día. Y fue súper cómodo, porque empezamos a entrar en tono inmediatamente, improvisando. Por lo general, un casting dura entre uno y tres minutos, máximo 5 o 10, pero improvisamos alrededor de una hora. Ocupamos una casa, estábamos en una sala y terminamos metiéndonos en los pasillos y el baño, mientras Gonzalo me seguía con la cámara. Los dos estábamos improvisando, porque él también me daba direcciones y yo las seguía, lo que resultó ser muy cómodo. No tenía ninguna información del personaje ni de la película, solo un par de situaciones muy concretas que él me dio, y que fue lo que trabajamos en ese momento.

Días después, me avisan que había quedado para hacer este teaser de la película, lo que no significa que yo sería la actriz de la película, pero una como actriz, lo sabe. Hicimos el teaser y también fue un proceso súper bonito. Nos pasaban cosas muy buenas con la película, algo tenía la historia que hacía que las cosas funcionaran. Y bueno, después pasó el tiempo, mucho tiempo, en el que yo estaba a la espera de saber si sería o no la actriz para el largometraje. Aquí es cuando también empieza todo el proceso de producción de la película, en donde entran co-productores y en donde se une Sean Penn. Sí, estuve a punto de trabajar con Sean Penn como mi co-protagonista. Él y Gonzalo se conocen, estuvieron juntos en su casa en Malibú y Gonzalo le habló del proyecto. A Sean Penn le encantó, le fascinó y quería ser este misionero. Entonces ahí, además venía toda una revisión. Si entraba Sean Penn, la película habría tenido que crecer en terminos de guión, se habrían modificado cosas… Que es lo que suele ocurrir cuando entra un actor, las películas terminan adaptándose. Pero en ese sentido, yo igual sentí que Gonzalo fue bien apegado a sus ideas; sabía que tenía cosas que eran puntos claves para la película y a los que no podía renunciar. Estaban entonces en ese proceso, cuando Sean Penn se mete en el lío de la entrevista con el Chapo Guzmán. Fue guión para acá, guión para allá. Finalmente, Sean Penn se tuvo que “guardar” un poco, y en eso llegó la fecha en la que se debía empezar a filmar. Yo estuve mucho tiempo esperando a Gonzalo, mucho. Un día, me llama por teléfono para decirme que partiríamos a filmar y yo le dije “Ok, maravilloso. Pero yo en dos semanas más me voy a Francia”. Era un viaje que yo tenía, y a él, por supuesto, se le pararon los pelos. Le pedí que me esperara tres semanas, yo lo llevaba esperando más de un año. Pero así, con los pelos parados, me decía que no. Además, ya sin Sean Penn, tenía que buscar al actor también. Y ahí, yo entendía que existía la posibilidad de que quizás entrara otra actriz. Lo que Gonzalo arma es súper agudo en el casting; necesita ver cómo funcionan los dos actores juntos, no cada uno por separado. Lo pasó súper mal haciendo ese casting mientras yo estaba afuera, porque no tenía a la pareja. Pero no iba a renunciar a mi viaje. Durante todo ese tiempo, hizo casting a todas las actrices que te puedas imaginar. Y cuando volví, al otro día, en la tarde, yo ya estaba en la locación para hacer el casting con este actor, Daniel. En ese momento fue cuando Gonzalo dice “Ya está, ésto es”. Así que fue un proceso largo, pero muy fiel a lo que siento que tenía que ser esa historia.

 

¿Quién es “La Francesita”?

Nathalia Aragonese: La Francesita está inspirada (así como también toda la película), en historias y personajes reales. Pero La Francesita en particular no es una mujer. Yo siento que ella es lo que une a todas las mujeres, esa fuerza, esa energía de las mujeres de esa época, que Gonzalo conoció en ese lugar, en esos años. Es un poco esta mujer anónima que no necesariamente estaba ligada a un partido político, sino más bien, que le tocó estar, vivir esa circunstancia. Es lo más característico, la más típica mujer popular chilena, pero no esteriotipada; que fue lo que yo traté de ponerme como punto principal en mi trabajo, que fuera lo más cercano a la realidad, y alejarme del prototipo típico que se hace cuando uno trata personajes populares, por ejemplo. Aquí en Chile, grandes producciones, tienden a mostrar a familias pobres como personas tristes, lentas y “fomes”. Pero cuando te metes en una población, te das cuenta de que la gente anda muerta de la risa, es muy “pilla” y las mujeres son muy coquetas; encuentras muchas características en una misma persona. Entonces, para mí, el desafío era que esta mujer, más que definir a priori quién era, tuviera una cabida y una apertura con las que en cada escena pudiera decirme cómo era ella. Abrí el personaje, le di la libertad para que tuviera todas las capas posibles; que es lo más cercano a lo que uno es. Yo soy mujer, soy ser humano, y uno está lleno de capas. No se es o generosa, o egoísta, o buena… Uno es todo a la vez, y yo quería hacer un poco eso con este personaje, no esteriotiparla como buena o mala. Ella era una mujer como cualquier mujer; está llena de deseos, de contradicciones, de que un día se levanta de una manera y se acuesta de otra. Lo más cercano a la realidad, a la vida misma. La Francesita es un conjunto de muchas mujeres, y además está construída en esta familia matriarcal donde está la madre, la abuela, la hija. Lo que también es súper característico en la familia chilena; la ausencia del padre, la ausencia de lo masculino y, mujeres que son padre y madre a la vez, guerreras, que las hacen todas.

 

Y ¿Cómo fue la preparación de este personaje?

Nathalia AragoneseFueron fuentes muy diversas, pero el pilar principal era el guión. Está el contexto y estaba la historia. Hasta teníamos escenas reales que filmó Gonzalo en aquellos años. Había mucha información de donde agarrarse, incluso también la memoria del mismo Gonzalo; era su historia, su película, sus recuerdos. Además, nos juntamos mucho con las mujeres en La Victoria… Tardes completas a tomar once, té con sopaipillas, con esas mismas mujeres que en los 80s revolvían las ollas comunes. Adicionalmente, la concepción personal que uno tiene de lo que fue la época, también deseaba entregarla a esta película. Fue muy rico este espacio en donde, como equipo, nos podíamos nutrir mutuamente para inspirarnos para la película.

 

¿Cómo fue en lo profesional y en lo personal trabajar directamente con estas personas que vivieron en la época?

Nathalia AragoneseEs como una exigencia súper real, súper concreta. Yo hablaba con estas mujeres y me preguntaba cómo las iba a poder interpretar. En algún momento, pensé que incluso quizás yo no era la actriz, en que quizás debería ser una actriz más madura. Pero después me decía “No po’”, porque yo precisamente haré la juventud de estas mujeres que hoy tengo en frente… Eran parte de las inseguridades que aparecen. Uno trata siempre de acercarse lo más posible, aunque se una ficción, es una película que queremos que contenga la mayor cantidad de atmósfera real posible.

¿Cómo fue trabajar con Gonzalo Justiniano durante el rodaje?

Nathalia AragoneseFue súper bueno. Creo que cuando uno entra a trabajar en algún lado, tiene que ser totalmente dúctil para plantear ideas, creativo en conjunto, bueno para escuchar y para poner atención en todo lo que pasa. De por sí, debes tener una disposición para el trabajo y estar muy abierto. Y eso, a mí me resulta muy fácil y muy cómodo, me gusta mucho trabajar así. Y con Gonzalo empezamos a trabajar desde mucho antes por el teaser, llevábamos un tiempo trabajando. Nos juntábamos a almorzar para conversar de la película, pero de repente, nos empezamos a hacer amigos y llegaban momentos donde nos decíamos “Ya no hablemos más de la película”, estábamos chatos -jajaja… Pero pasaban cinco minutos y volvíamos a la película. Entonces nos encontramos dos personas súper obsesivas, lo que fue súper bueno porque hablamos mucho de la película; estábamos muy llenos de imaginación y creación en torno a ella. Una vez estando en el rodaje, ya estábamos súper empapados, por lo que fue súper fácil y hubo mucha confianza. Yo le agradezco hasta el día de hoy a Gonzalo el haber sido tan permisivo conmigo como actriz. Él como director, yo como actriz, estábamos muy compaginados en todo momento. Se improvisa mucho con Gonzalo, porque él escribe su guión y lo tiene todo tan claro que es capaz de meter una escena en cualquier momento y hacerla parecer como si hubiera estado siempre, desde un principio. Él creo y escribió a los personajes, por lo que cualquier cambio que se le ocurra, cualquier idea nueva que llegue, es como familiar. A mí también me entretiene mucho improvisar, me es muy cómodo, incluso mucho mejor que haber dicho líneas aprendidas. Grabamos y mientras hablábamos, se le ocurría una frase, una palabra o alguna cosa y la integrábamos ahí mismo. Era un tipo de grabación que necesitaba mucha alerta, mucha creatividad, estar muy concentrados, estar ahí entregados todo el tiempo. Todos los días llegábamos a las 7 de la mañana, con vestuario y todo, y a esa hora ya estábamos metidos en el personaje, incluso en los pocos ratos que me tocaba esperar, seguíamos. Además, se armó una familia muy buena, muy real entre los actores. Lo pasamos muy bien haciendo esta película. Fue ruda en términos concretos, era una locación difícil en pleno invierno, muertos de frío, pero no sé… Estábamos completamente locos -jajaja. Yo sentía que a todos nos gustaba mucho la película, y a medida que íbamos grabando, con todas las dificultades que normalmente tiene un rodaje, era como un barco que insistía en salir a flote. Tuvimos muchos problemas, de todo tipo, pero como que la película salía como con una fuerza propia a superficie. Y eso, es algo que a todos (pienso) secretamente nos impresionaba mucho. Era muy raro, pero sucedió y era súper “bacán” que fuera así. Son cosas que no se te olvidan nunca más en la vida. Mis recuerdos son maravillosos, la pasé tan bien y aprendí tanto como actriz… Los actores no tenemos mucha formación de cine, es más de la experiencia de la que uno se va agarrando.

                                              Nathalia Aragonese para Mundo Películas Magazine
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