Operación Réquiem: las generaciones perdidas

Por Jorge Yacoman

La novela Operación Réquiem (Colección Roja y Negra de Reservoir Books, Random House) de Juan Pablo Sáez, comienza en 1993 con Julián Oses, un periodista que intenta descubrir la identidad de Verónica G., una guerrillera líder de un grupo paramilitar llamado Brigadas Revolucionarias, quien tiene un cierto parecido a Cecilia Magni, más conocida como “Comandante Tamara” del Frente Patriótico Manuel Rodríguez. Julián queda obsesionado con la figura de esta mujer que se convierte en un ícono de la lucha armada por terminar con los vestigios de la dictadura militar.

Esta ópera prima de Juan Pablo Sáez tiene como atmósfera la ambigüedad de los noventas en Chile, esa ambigüedad marcada por un silencio y mil preguntas sin responder, teniendo como sociedad que seguir adelante y reconstruir, mientras el dolor de miles de personas parecía otra realidad, como un largo despertar de una pesadilla que no se podía reconocer porque hacerlo significaba negar casi toda humanidad en nuestra sociedad.

Al haber pasado casi nueve años de mi infancia en México, gran parte esta ambigüedad no la percibí de manera directa. Sin embargo, cuando con mi familia volvimos a Chile el 2000, a ellos le costó mucho volver a familiarizarse con Chile, y por mi parte, sentirme chileno. En este sentido, y quizás para muchas generaciones, los noventas representan un vacío, un adormecimiento social, lo que se manifiesta en esta novela como un declive en la labor periodística y decadencia de los medios de comunicación.

Muchas veces en los relatos donde se mezcla la ficción con la realidad, o donde personajes cotidianos son partícipes o testigos de grandes hechos con tono histórico, los personajes pierden su valor y profundidad, y pasan a ser cronistas o relatores, pero no es el caso de esta novela. El protagonista, Julián Oses, vive un conflicto personal al querer definir su identidad, salir del agobiante silencio que atrapa a la sociedad y sobre todo sacar a la luz la tan manoseada verdad que se negocia a espaldas de todos en nombre de la democracia. Julián es un personaje idealista —pero sin caer en lo ingenuo o discursivo— y que en su idealismo se enfrenta a sus contradicciones que incluso lo ciegan y lo impulsan a ver cosas que no existen. Esta lucha también se lleva a un nivel más espiritual, tal vez budista, en donde Julián siente la necesidad de matar la figura de su padre, es decir, destruir el patriarcado, quizás sus raíces, su pasado, aceptarlo o resolverlo para poder liberarse y a la vez absolverse de esa figura fallida paternal que él ha desempeñado con su hija.

En general, la novela mantiene un equilibrio entre los códigos del género thriller y el mensaje del autor. La historia se desenvuelve de manera verosímil y se integra a un contexto sociopolítico que refleja con sinceridad una época de nuestro país. Juan Pablo Sáez maneja un ritmo ágil y preciso, sosteniendo siempre el suspenso en un submundo laberíntico. El narrador conserva una objetividad y fluidez sin engañar al lector y lo hace participar del viaje, creando un potente diálogo con esas generaciones que en medio de la confusión buscaban no contagiarse de la amnesia social.

Puedes encontrar Operación Réquiem de Juan Pablo Sáez en www.megustaleer.cl

 

 

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