Ángela Poblete entrega detalles sobre 42 días en la oscuridad

Ángela es quien encabeza el área de televisión de Fabula y está produciendo la primera serie 100% hecha en Chile de Netflix.

La serie tendrá de protagonista a Claudia Di Girolamo y Aline Kuppenheim, bajo la dirección de  Claudia Huaiquimilla y Gaspar Antillo.

Inspirada en hechos reales, la producción es un thriller policial de ficción que acompaña la historia de Verónica, una mujer que desaparece, y de su hermana Cecilia, quien empieza una carrera contra el tiempo para encontrarla. En su camino, Cecilia, deberá luchar contra la negligencia de las instituciones, los prejuicios de la sociedad y el acoso de los medios.

Está vez fue Ángela Poblete, quien entrega más detalles sobre lo que significa este maravilloso proyecto.

¿Qué significa trabajar para un público que va desde Brasil a Corea y distintos rincones del mundo?

Yo estoy desde Santiago de Chile, en representación también de alguna manera de mis compañeros y compañeras de Fabula, sobre todo del equipo de 42 días en la oscuridad, nuestra nueva serie. Para mí lo que ha pasado con nosotros es muy emocionante en el último tiempo, Chile es un mercado chiquitito, somos 18 millones de habitantes, y tener la oportunidad de contar nuestras historias al mundo ha sido un proceso que ha implicado un tremendo trabajo pero sobre todo ha ocurrido gracias a que en Chile hay tremendos talentos capaces de poder convertir historias locales en asuntos globales. Quizás una clave de eso ha sido precisamente en poder encontrar en estas pequeñas historias cuáles son las temáticas que nos conectan con el resto del mundo.

Yo creo que en este proceso lo más iluminador ha sido darse cuenta de que como latinos son muchas más las cosas que nos unen que las que nos dividen. Entonces hoy día, diría yo, que lo más significativo es que nos estamos sumando como una gran familia
latinoamericana, que desdibuja las fronteras y que permite colaboraciones que son realmente muy virtuosas.

Ángela, 42 días en la oscuridad es la primera serie 100% chilena para Netflix, por supuesto que Fabula nos tiene ya a esta altura acostumbrados a entregar contenidos que son internacionales que van a parar a distintas partes del mundo, pero quiero preguntarte ¿Cuáles son los principales desafíos que notas tú como creadores, que forman parte de la industria, para lograr ser universales y conectar con historias que tengan una convocatoria o interés de todo el mundo?

Yo tengo la humilde impresión de que no hay más secretos que emocionar. No sé si aquí mis compañeros o compañeras me apoyarán con esta emoción, pero tengo la impresión de que el principal desafío de quienes participamos de esta industria es contar
historias con verdad. Cuando las historias tienen detrás personas nobles, que están enamoradas de sus ideas, que están dando la vida por ese proyecto, pero por sobre todo que sienten la necesidad de contar al mundo ese relato, las cosas siempre salen bien.

Desde ese punto de vista, creo que para quienes trabajamos ya en los ámbitos ejecutivos, digamos, es bien clave elegir a los talentos que conforman cada equipo. Creo que no da lo mismo quién escribe, no da lo mismo quién ilumina, no da lo mismo quién dirige, no da lo mismo quién pone la cámara. Es la suma de todas esas sensibilidades, de esas personas que están ahí, detrás y delante de la cámara, lo que finalmente se transforma en un contenido capaz de viajar y yo creo que sobre todo, de conectar con la audiencia sin importar su idioma o su cultura.

Ángela, 42 días en la oscuridad tiene un elenco muy talentoso. Cuentas con directores como Claudia y Gaspar, directores que ponen en foco problemáticas sobre la contingencia de nuestra sociedad. ¿Cómo es contar o lo importante que es contar desde Chile, la historia de una mujer invisibilizada y que llegue a una plataforma cuya audiencia es global?

Ha sido un proceso bien impresionante, la verdad es que Claudia Huaiquimilla y Gaspar Antillo son una directora y un director jóvenes con una mirada crítica que es súper estimulante. Esta es su primera serie, y cuando nosotros le propusimos a Netflix la
aventura de poner a la cabeza de la primera serie 100% chilena para Netflix, a dos jóvenes, director y directora, nos apoyaron desde un comienzo y eso ha sido un proceso muy bonito.

Para nosotros en Fabula la verdad es que siempre ha sido importante estar atentos y atentas a los fenómenos sociales y “beber” de ellos para contar nuestras historias. Nosotros creemos profundamente que desde ahí podemos aportar generando contenido que no solamente se caractericen por su calidad, sino que también generen reflexión y conversación. Creo que estamos en un momento muy interesante en que la humanidad está conectando hoy día a través de las grandes problemáticas, que son hoy más transversales que nunca, y los chilenos no estamos exentos de eso. Es decir, la salud pública, la desigualdad, la discriminación racial y por supuesto la violencia de género son temas que, bueno, en particular es el tema central de nuestra serie y por supuesto es una urgencia, especialmente en nuestro continente, pero creo que hoy día estamos más que nunca conectando con los grandes temas.

¿Qué impacto tiene en tu carrera trabajar en producciones de Netflix?

Siempre estamos poniendo el foco en el resultado, en qué significa para tu carrera o qué significa para Fabula trabajar con Netflix, y parece una pregunta enorme. Yo en lugar del foco en el resultado, pondría el foco en el viaje. Hemos tenido batallas creativas súper interesantes, hemos tenido libertades para contar la historia con un punto de vista novedoso, hemos tenido el desafío de realizar una serie con un estándar de calidad enorme, y por lo tanto diría yo que lo más alucinante es el desafío que te presenta y lo bonito que es el viaje.

Lo entendemos igual, te diría yo, como un privilegio. El privilegio de poder llegar con nuestras historias a todo el mundo, tal como dice Chascas, pero también como con una responsabilidad. La responsabilidad de estar instalando una bandera con mucha humildad en un planeta nuevo donde ojalá muchos chilenos y chilenas puedan seguir poniendo banderas también.

Yo agregaría también la oportunidad de hacer confluir distintas idiosincrasias en un mismo producto. Me parece una belleza que Chascas, un chileno, esté escribiendo una serie mexicana protagonizada por un español y la Marcela Said esté haciendo una serie en Francia con un equipo multicultural. Yo creo que en Latinoamérica también lo que estamos viviendo es bien alucinante como la posibilidad de hacer convivir talentos de distintas nacionalidades que se unen con el propósito de crear ¡es como un milagro! Es casi ver nacer una planta. Yo creo que en el proceso creativo, yo tengo la oportunidad de participar de cuartos de escritores, con escritores y escritoras, guionistas de diferentes nacionalidades y tú vas viendo la emoción y el entusiasmo de cada quién de poner de manifiesto ahí con mucha generosidad su propia experiencia y entonces empieza a existir una solidaridad entre los creadores y yo te diría que muchas ganas de romper con los estereotipos muchas veces impuestos por una mirada más americana o europea de lo que somos los latinos. Hoy día hay una conciencia de que no hay nadie mejor que nosotros mismos para contar nuestras propias historias y el desafío de cómo a géneros que tradicionalmente no nos pertenece. Nosotros venimos de una tradición muy de telenovela entonces cómo nos apropiamos del thriller, del género, del terror, de la ciencia ficción, para darle a eso una identidad y un carácter y que efectivamente venga de nosotros mismos, porque no hay nadie mejor que nosotros para hablar de nuestras alegrías y nuestros dolores.

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