Por Carla Duimovich Nigro
El actor nació a 90 kilómetros de Roma, en un pueblo llamado Fontana Liri, el 28 de septiembre de 1924. Su despertar como actor aconteció mientras concurría a la secundaria, participando de obras escolares. En el ’39 Marcello consigue su primera aparición en el cine como extra de en “Marionette”, una película dirigida por Carmine Gallone. El salto de las tablas a las pantallas fue gracias a los contactos que tenían los amigos de la familia, quienes poseían un restaurante en Cinecittá, los estudios de cine creados bajo el régimen de Benito Mussolini para competir contra Hollywood. En 1943 participó como extra en su primera película con el gran Vittorio De Sica, “I Bambini Ci Guardano”.
En el tiempo que duró la II Guerra Mundial, estuvo recluido en un campo de concentración nazi a causa de los trabajos que realizaba cuando se inició la guerra, pero logró huir a Venecia.
Mientras continuaba con su vocación actoral en los teatros (de vuelta en Roma), Mastroianni obtuvo un trabajo como contable para una distribuidora de cine. Comenzó sus estudios en el Centro Universal de Teatro, periodo en donde conoce a la dupla Giuletta Massina y Federico Fellini.
Luego de trabajar en teatro con Luchino Visconti, el joven Marcello alcanzó su papel como debutante cinematográfico en 1947 con “I Miserabili”, dirigida por Riccardo Freda.
Pero no fue hasta que Luchino le ofreciera el protagónico en “Le notti bianche ”(1957) (la adaptación de Fedor Dostoievsky) que Mastroianni tomó relevancia en el mundo del cine.
A sus 36 años, Federico Fellini le propuso trabajar con él en “La dolce vita”. Para la época (1960) el actor ya había rodado más de 40 films, pero no fue hasta ese momento en que su fama se volvió internacional, apareciendo en pantalla junto a la actrizAnita Ekberg.
Con Fellini, a quien consideró un gran amigo, realizó algunas de las mejores películas del cine italiano, entre los títulos: “Otto e mezzo – 8½ “(1963) , “Città di donne” (1980), “Roma” (1971) y “Ginger y Fred” (1986).
Mastoianni consideró que la favorita de su carrera fue “8 y ½”, en donde conoció a la actriz Claudia Cardinale, con quien más tarde mantuvo un romance. También se lo recuerda por la dupla Mastroianni – Loren, actriz con la que trabajó en más de 12 películas de su carrera.
A finales de los años 60s Marcello se separa de su esposa, Floriana Clarabella, con quien mantuvo matrimonio desde 1948 hasta su muerte. Juntos tuvieron a Barbara, Tras su separación mantuvo vínculos afectivos con las actrices Claudia Cardinale, Anouk Aimee, Ursula Andres, Faye Dunaway. En su relación con la actriz francesa Catherine Deneuve tuvo a su segunda hija, Chiara, en 1972. Su última pareja fue Anna Maria Tatò, quien lo acompañó hasta sus últimos días.
Marcello muere en París a causa de un cáncer de páncreas a los 72 años. Su legado cinematográfico lo ubican junto a los directores más importantes de la historia del cine, entre los que se destacan: Vittorio De Sica, Roman Polanski, Luchino Visconti, Federico Fellini, Giuseppe Tornatore, Michelangelo Antonioni, Ettore Scola, Louis Malle, Wim Wenders, Agnès Varda y Maria Luisa Bemberg, entre muchos otros.
