Cars, desde una nueva perspectiva.

La película comienza con una secuencia increíble de carreras Nascar, no obstante, al llegar Rayo a Radiator Springs, por accidente, la historia se estanca en un período bastante largo, donde la idea es desarrollar a los personajes y sus relaciones entre ellos; resulta muy interesante ver el choque de personalidades y mentalidades entre McQueen y los demás vecinos del muy olvidado pueblo de Radiator. Según las palabras del propio John Lasseter: “esta película es la más personal de todas las que he hecho”, haciendo hincapié que se inspiró tanto en la historia de la Ruta 66 (Estados Unidos) como en su propia infancia, cuando viajaba con su familia en auto atravesando el país.

La idea principal tras el guion es que lo más importante de la vida no es llegar a tu meta, más bien, hacer altos en la vida, lograr a conocer a los demás y disfrutar de lo que el mundo nos ofrece. Cars, a pesar de estar considerada una de las películas más “flojas” de Pixar, (sin concordar en este juicio), es en realidad una reflexión compleja sobre la felicidad; iniciando por la conclusión, la felicidad no es una meta en específico, es en realidad una forma de viajar. Todos sin importar preferencias personales buscamos de una u otra forma la felicidad, esta puede estar basada en la autosatisfacción, pero también se puede generar por la felicidad de otros, amigos o familia. Sin embargo, la felicidad es el ideal más subjetivo que existe: lo que te alegra a ti, no necesariamente alegra a los demás.

En la película Cars, el protagonista Rayo McQueen, mantiene una vida acelerada y ajetreada, enfocándose solamente en las victorias y evitando los problemas, se pierde en un lugar que se mueve a una velocidad más lenta a la que está acostumbrado; en Radiator Springs, los habitantes son felices de una manera muy distinta a la que McQueen tiene en mente. El salir de la vía rápida y enfrentar los problemas, ayuda a McQueen a encontrar el verdadero valor de las cosas y a disfrutar más de las experiencias que de los triunfos fugaces, a su vez, aprende a definir sus verdaderas metas y a encontrar la felicidad donde realmente está. Incontables veces en nuestra vida sentimos que si no logramos algo, seremos muy infelices, cuando en realidad, la euforia de estas metas que anhelamos tanto, se desvanece cuando las alcanzamos e inmediatamente volvemos al mismo nivel de inconformismo que teníamos anteriormente.

Para terminar, los invito a ver Cars desde esta nueva perspectiva, aprendiendo, como el protagonista, a buscar la verdadera felicidad, independiente de los problemas que se nos presenten en el día a día y aprendiendo a separar los problemas generales de los trascendentales. Buscando y construyendo experiencias que contribuyan a este sentimiento, todo esto, hará cualquier problema más manejable y nos ayudará a entender la felicidad como un viaje placentero y no en un lugar donde llegar.

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