El caso #FreeBritney y el fenómeno “Luisito Rey”

Ambos casos tienen algo en común: Padres sacando provecho de las carreras de sus hijos. Aquí te contamos más detalles

Por Haila Linares

El padre de la famosa intérprete finalmente accedió a desistir de la tutela de su hija, siendo este el primer paso para que Britney logre retomar el control de su vida por completo. ¿Cuántas veces ha sucedido un caso similar en el mundo del espectáculo? Lamentablemente las historias se repiten.

El 5 de febrero de este año se estrenó a través de FX y la plataforma streaming HULU el documental “Framing Britney Spears”, una gran investigación recopilada por el equipo de The New York Times acerca del ascenso y caída de la que es considerada una de las estrellas pop más influyentes de los últimos años.

La popularidad del documental puso una vez más en tendencia el hashtag “#FreeBritney”, iniciado por los fanáticos de la artista.

Este movimiento surgió aproximadamente el año 2008. Y el inicio de todo fue a comienzos del año anterior, cuando la cantante se separó de Kevin Federline y posteriormente perdió la custodia de sus hijos Sean (15 años) y Jayden (14), esto debido a un comportamiento errático y una fuerte dependencia a las drogas. 

Esta turbulenta etapa de su vida provocó una excesiva persecución y acoso por parte de la prensa, lo que finalmente trajo como consecuencia múltiples colapsos nerviosos que la llevaron a tocar fondo y solicitar a su padre una custodia temporal de sus bienes mientras ella se enfocaba en recuperarse y recibir ayuda psicológica. Sin embargo, como todos sabemos, dicha custodia acabó durando trece años, a expensas de los deseos de la cantante.

Como resultado, perdió decisión de la mayoría de aspectos de su vida. Además de no poder tomar decisiones financieras, bajo la tutela no le era permitido volver a contraer matrimonio o tener hijos, cosas que la artista quería poder ser capaz de hacer. Así mismo, su padre (para seguir lucrando de la fama de su hija) la obligaba a participar de conciertos, giras, campañas publicitarias para líneas de ropa y perfumes y además tomar medicamentos en contra de su voluntad. 

Luis Miguel Y Luisito Rey

El padre del artista se convirtió en uno de los más grandes antagonistas en el mundo musical luego de que se estrenó la serie de Netflix que contaba la relación abusiva y oportunista que tenía con su hijo. 

Su ambición lo llevó a poner en peligro a su hijo múltiples veces: lo hizo relacionarse con prostitutas con la idea de que al tener relaciones el joven maduraría más rapidamente y se engrosaría su voz, lo hacía consumir drogas para que pueda soportar el frenético ritmo de las constantes giras que realizaba y lo explotaba para cubrir sus deudas y problemas financieros. 

Desde un inicio “El Sol” de México fue obligado a renunciar a su niñez para cumplir a pie de la letra lo que quería su padre. Y lo más alarmante es como su propio padre es el principal sospechoso de la desaparición de la madre del artista, llegando a especularse que “Rey” la mató ya que ante un divorcio este saldría afectado en la custodia de Luis (y todas las ganancias que estaba generando su carrera).

Michael Jackson y Joe Jackson

De carácter frío y violento, al padre del “Rey del pop” lo caracterizaba también su insistencia en convertir a sus hijos en productos para el estrellato. Entre sus acciones más graves se recuerda cómo decidió castrar químicamente a Michael para que este pudiera conservar la característica agudeza en su voz (acontecimiento terroríficamente similar a lo ocurrido con Luis Miguel y su padre). Este evento resultó sumamente traumático para el artista, ya que durante mucho tiempo temió que no podría formar una familia.

Amy Winehouse y Mitch Winehouse 

Mitch no formaba parte importante en la vida de la artista, pero al enterarse de sus primeros indicios de fama quiso sacar provecho. Intentó colgarse de su éxito para iniciar una carrera propia, y más adelante la llegó a sacar de rehabilitación para que ella retomara sus giras y pendientes, acciones que concluyeron en tragedia producto del frágil estado mental de Amy.

“No tengo tiempo, y si mi papi piensa que estoy bien… Han tratado de hacerme ir a rehabilitación. Pero no iré” – Rehab, Amy Winehouse (2006)

Lindsay Lohan, Dina y Michael Lohan 

La actriz gozó de fama desde muy temprana edad, de lo que nunca gozó fue de una familia funcional. Y en los márgenes de esos problemas parentales, sus padres descubrieron la codicia y empezaron a aprovecharse del talento y reconocimiento de la pequeña. 

Ambos comenzaron a disputarse su custodia con fines de lucrar a través de ella. Su padre (un hombre problemático que ha ejercido violencia doméstica a sus parejas) fue acusado de difundir conversaciones privadas con ella y su madre de arreglar acuerdos con la prensa cada que iba a visitar a la perturbada Lidnsey al hospital psiquiátrico. 

Rihanna y Ronald Fenty

Adicionalmente a tener que tolerar una tormentosa infancia repleta de violencia doméstica y abuso de sustancias por parte de Ronald, la cantante proveniente de Barbados se ha tenido que enfrentar legalmente a los múltiples intentos de su padre de enriquecerse a través de la fortuna de ella. 

Por medio de una compañía creada por él y su socio Moses Perkins, ambos realizaron arreglos fraudulentos de giras y publicidades a cambio de millones de dólares sin el consentimiento de la intérprete de “Umbrella”. A pesar de que este nunca ha tenido la autoridad ni custodia de las decisiones de su hija. Además de tratar de adjudicarse la autoría de “Fenty”, nombre de la exitosa marca de belleza creada por Rihanna

Lamentablemente, de la mano con este fenómeno también existe una gran deshumanización de los artistas cuando se encuentran en momentos difíciles como estos, ya que en el caso de Britney (antes de que el hashtag se popularizara) todo el internet se mofaba de las imágenes de la artista sufriendo colapsos mentales en público, (cómo las populares fotos de ella cuando decidió raparse la cabeza). De esta manera añadiendo un peso más encima a la carga que ya tienen durante esos tormentosos momentos. Que estos casos sirvan como reflexión y nos inviten a ser más empáticos, para así no olvidar que, al final del día, todos nuestros ídolos también son de carne y hueso.

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