Reseña: ‘Rápidos Y Furiosos: Hobbs & Shaw’

‘Rápidos Y Furiosos: Hobbs & Shaw’, película de la franquicia más importante de Universal ya llegó a los cines y llega con más acción y humor.

Era el año 2001 cuando recibimos un bombardeo de autos fabulosos y carreras clandestinas en la pantalla grande. ‘Rápido y Furioso’ se instaló en la cartelera como una de las películas más representativas sobre autos, generando una franquicia millonaria en torno a video-juegos, películas, música y juguetes. Según el plan actual, la saga final se conformará por una serie de películas que siguen el argumento original, pero además con una serie de spin-off. ‘Rápidos Y Furiosos: Hobbs & Shaw’ es uno de ellos y como es de esperar, sigue con la misma intensidad de escenas de acción que las películas originales.

Desde su origen, ‘Rápido y Furioso’ se ha vendido como una película en la que lo más importante es mantener vivo el género de acción. Su centro son los autos, las peleas y las habilidades físicas de los personajes. Y aunque reciba críticas por lo mismo, la realidad es que la saga siempre ha cumplido con lo que promete e incluso ha entregado más. Y esta cinta, no es la excepción.

‘Rápidos y Furiosos: Hobbs & Shaw’ se centra principalmente en los personajes de… sí, adivinaron: Hobbs (Dwayne Johnson) y Shaw (Jason Statham). Shaw intentó matar a Hobbs y Hobbs encarceló a Shaw. Ahora, aunque se odien profundamente, ambos deben trabajar juntos para salvar a la humanidad de un virus mortal. Y no solo eso, sino que además entramos en terreno familiar cuando entra la hermana de Shaw al juego como una agente del MI6.

¿Y quién mejor para dirigir esta cinta que el ex doble de Brad Pitt, David Leitch? El director de ‘Deadpool 2’ y ‘Atómica’ no solo es ideal para dirigir escenas de acción (habiendo trabajado como coordinador de escenas de riesgo, es lo mínimo esperamos), sino que además tiene un excelente manejo del humor negro. Y ambas cosas funcionan a la perfección en este film. Los dos personajes principales son una especie de parodia del “héroe” y “macho alfa” que genera infinitos momentos representativos de la estupidez humana y por lo tanto, muchas y muchísimas risas burlescas en el público.

Chistes por doquier, todo tipo de coreografías de peleas y persecución automovilística, armas, súper-humanos, una banda sonora de lujo, Londres, Rusia y Samoa son los elementos más característicos de esta entrega. El presupuesto infinito de esta producción se luce en su máximo esplendor y los lugares en los cuales se desarrolla la acción brillan de tal forma que al finalizar la película, tengo la seguridad de que gran parte del público salió directo a comprar pasajes para viajar a Samoa. Al menos yo lo hice. Las actuaciones, nada que decir. Tanto actores como actrices resplandecen con sus capacidades físicas e, imagino, sus dobles de acción lo tienen que haber pasado increíble. Sin embargo, si hablamos de la representatividad femenina, hay que decir que deja mucho que desear: el personaje de Vanessa Kirby es una chica power pero a medida en la que se desarrolla la acción, va perdiendo importancia. El personaje de Eiza González, a quien vemos como protagónica en los afiches promocionales, aparece en pantalla solo en un par de escenas. Ambos fueron personajes que podrían haber aprovechado más y creo, merecían mayor atención, sobre todo porque ambas actrices son excelentes. Sin embargo, es justo y necesario aclarar que la última entrega de ‘Rápido Y Furioso’, una vez más cumple con lo que promete. Entretiene, saca risas y caras de asombro con las excelentes secuencias de acción desarrolladas. ¡Un aplauso! 

Por Macarena Carrere

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