No, no hay una dictadura de lo políticamente correcto en Hollywood

“Políticamente correcto” o corrección política es uno de esos termino que muchos usan, pero pocos entiendes que significa. En síntesis, lo políticamente correcto es aquello que se adecua al discurso político ponderaste de una determinada comunidad en un periodo de tiempo determinado. Es políticamente incorrecto (hoy en día) reivindicar que está bien que el cine plasme como algo bueno que un hombre seduzca a una niña de 12 años y mantenga relaciones sexuales con ella. Pero también es políticamente incorrecto que una mujer muestre el torso descubierto en horario estelar, justo como los hombres lo hacen todo el tiempo. Ambos serian un blanco para la crítica y la censura. Aunque una sea una conducta machista y otra sea una conducta propia de la lucha feminista.

Hollywood lo entiende. Sabe que temas tratar, que temas no y se viste con un falso discurso progresista y políticamente correcto. Detrás de cámaras hemos sido testigos de que uno de sus nombres más importantes, Harvey Wenstein, ha sido actor de conductas que nos escandalizarían plasmadas en la pantalla. Por que Hollywood es una máquina de hacer dinero que hoy en día busca desviar la atención de sus malas praxis acomodando desigualdades que la opinión publica ya no deja pasar tan fácilmente.

Pero el público, principalmente el famoso “troll de internet”, no tarda en alegar que lo “políticamente correcto” ejerce una tiranía mediática porque LeFou, de La Bella y la bestia, personaje cuya sexualidad nunca había sido mencionada resulta ser homosexual. O porque Wonder Woman, primera película en los universos cinematográficos de superhéroes, en ser protagonizada y dirigida por una mujer. Califican de conspiración que obras tan brillantemente ejecutada como Call me by your name o Lady Bird, y una película con una dudosa inclusión como Get Out sean nominadas a mejor película al Oscar como una forma de satisfacer la dosis de corrección política. Una por ser gay, otra por ser de negros y otra por considerar que igual, si lo piensas detenidamente, las mujeres también son personas. Incluso estando en desacuerdo con las nominaciones que la academia nombre películas “que no se lo merecen” es casi axiomático de la premiación.

No. Solo es manipulación. Hollywood no es ninguna ONG. Es un sistema desigual que margina porque la sociedad moderna es un sistema desigual que margina. Los nominados al Oscar de este año son prueba de ello. En 1999, Shakespeare enamorado le ganó la estatuilla a Salvando el Soldado Ryan de Spielberg y a La vida es bella de Benigni. En 2005, Crash le ganó a Brokeback Mountain y a Capote. Y de actores que han ganado un Oscar dudoso, cuando menos, ya ni hablamos. Justificamos estás decisiones con las que no solemos estar de acuerdo diciendo que “los jueces no saben” y que “Los Oscar son un chiste”; pero cuando Moonlight ganó el Oscar es porque es “de negros gays”. El espectador promedio, ese troll de internet, se salta todo un análisis cinematográfico de las obras y en su infinita sabiduría determina que una obra es laureada por ser “políticamente correcta”.

Pero, más allá de la reflexión y los casos aislados, los datos siguen mostrando otra cosa. Según un estudio realizado por el Media, Diversity and Social Change Initiative de la Universidad de Southern California, de 109 películas estrenadas, 305 programas emitidos y 11.000 personajes analizados, solo un tercio de los diálogos son de mujeres. El 74.3% de los personajes de 40 o más son hombres. Solo un 2% de los personajes con diálogos se identifican como homosexuales, bisexuales o transgénero. De los 11.306 personajes con diálogo estudiados, sólo siete eran trans, y cuatro de ellos pertenecían a la misma serie. Las discrepancias son aún mayores detrás de las cámaras. El 87% del total de los directores eran blancos. Los directores de televisión eran los de menor diversidad, con un 90,4% de blancos. Además, sólo el 15,2% de directores, el 28,9% de guionistas y el 22,6% de creadores de series eran mujeres. En el cine, la brecha de género es mayor: Sólo el 3,4% de las películas estudiadas fueron dirigidas por mujeres, y sólo dos directoras de los 109 eran mujeres negras.

Ha habido un avance, definitivamente, la gente ya está cansada de ver las mismas historias de hombres blancos ricos heterosexuales. Exige explorar la diversidad narrativa como forma de explotar la riqueza cultural que aportan las diversas visiones del mundo que experimentan autores y autoras diversos y provenientes de las minorías. Cada vez hay más latinos siendo reconocidos por su talento a nivel mundial, más mujeres abriéndose pasó en una industria que no ha hecho mucho más que vejarlas, homosexuales y personas transgéneros diciendo “Aquí estoy, existo, soy valido, soy valida”, como el caso de Daniela Vega, protagonista de Una Mujer Fantástica nominada a los Oscar como mejor película extranjera. Pero todo ese avance viene gracias a los autores que se arriesgan y al publico que lo pide. No a la industria. No a los estudios. No a los trolls de internet. Porque no, no existe una dictadura de lo políticamente correcto.

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