A Stop At Willoughby
Garth Williams es un ejecutivo en una gran agencia publicitaria. Es una de las más grandes estrellas del lugar. No obstante, la luz está cada vez más apagándose y la presión ejercida por su jefe y todos a su alrededor le llevan a entrar en un estado depresión.
En uno de sus viajes de regreso a casa, en el tren, Williams empieza a tener estos sueños extraños donde aparece en un tren en el 1888, en un pueblo de nombre Willoughby donde todo es paz y tranquilidad. Teniendo en cuenta que nuestro hombre se sumerge cada vez más en la desesperación, todo el concepto de Willoughby le parece fenomenal. ¿Podrá tener el valor para bajarse en la estación?
Una alegoría al suicidio
Aunque el episodio os resulte nuevo, la idea ha sido planteada numerosas veces. Por ejemplo, el mismo Matthew Weiner declaró que este episodio fue de mucha inspiración a la hora de crear su magnífica serie Mad Men. En especial, en lo que a su antihéroe, Don Draper se refiere.
Hasta el último minuto de la serie, la audiencia tiene una noción de este mundo idealista que Williams ha creado para sí. Una salida para sus problemas. Pero la realidad a esto es trágica cuando vemos que el carro fúnebre que se lleva a nuestro protagonista lleva el mismo nombre de la ciudad que el tanto añoraba, y es ahí donde nos damos cuenta que en realidad el hombre lo que buscaba era la muerte. Había llegada a un punto tal, donde la única escapatoria que tenía era quitarse la vida, porque así podría soñar para siempre.
