Long Live Walter Jameson
Walter Jameson es un exitoso profesor en la universidad por ya casi doce años. La manera en que logra abundar y conocer datos históricos que no se encuentran en ningún libro de historia le hace resaltar de entre todo los docentes. Muchos le admiran, otros todo esto le levanta sospecha. Uno de estos que tienen sus dudas con este hombre es Sam Kittridge, el padre de la chica que Jameson está perdidamente enamorado.
Una noche, durante una cena en la casa de Sam, el misterio termina saliendo a la luz y resulta que nuestro hombre ha sido aparentemente bendecido con la vida eterna. Kittridge busca dicha eternidad, pero en esto se libra una discusión ética y de conveniencia entre los dos. Eventualmente aprendemos que Jameson es un miserable y un pésimo amante, esto último termina con cualquier oportunidad de casarse con su amada Susanna Kittridge.
Más tiempo para ser un idiota…
Tomando prestado del set del clásico film La Máquina Del Tiempo, este curioso episodio está lleno en sí de uno que otro dato curioso como el hecho de que el actor que hace de Walter Jameson, Kevin McCarthy, murió el 11 de Septiembre del 2010. Lo interesante es que el personaje menciona la fecha en su diario.
Hablando de muerte, el final tan poético en donde una de las tanta de su esposa resulta perfecto. Es casi como un círculo vicioso, donde tenemos este hombre buscando el amor, mientras anhela la muerte – ambos deseos se terminan vinculando en uno solo de una manera irónica donde el pecado/falta de moral de Jameson es lo que termina matándole.
Existe esta idea romántica de la inmortalidad donde aquellos que la buscan o la adquieren tienen buenas intenciones. No obstante, a medida que pasa el tiempo, y la sociedad o el individuo se hunde en una soledad existencial, incluso la persona con las mejores intenciones termina convirtiéndose en un monstruo.
